Antonio Centeno y Pedro Pibernat 24/05/2018

Antonio Centeno y Lila Derrit reivindican una vida plena y un desarrollo artístico de calidad.

HUESCA.- Las personas con diversidad funcional pueden ser en la lucha por sus derechos un poderoso motor de transformación para toda la sociedad. Antonio Centeno es matemático y activista en favor de la diversidad funcional y ha abogado en el Festival de la Discapacidad y la Creatividad, Diversario, por sexualizar la diversidad funcional para politizarla.

Desde el Movimiento de Vida Independiente al que pertenece contemplaron en 2006 como grandes victorias la Ley de Dependencia y otras normas autonómicas que reconocían la asistencia personal. Hacia 2012 constataron que la situación no había cambiado en la práctica: "La gente seguía viviendo en instituciones o a cargo de la familia. Pensamos que no era una cuestión de las leyes escritas, sino de las no escritas", señaló.

Centeno considera que una visión infantilizadora de las personas con diversidad funcional genera actitudes proteccionistas que priman el amparo de la familia o las instituciones frente a la independencia y la libertad personal.

"Para romper con la naturalización de la dependencia quisimos cortar con esa mirada, y allí la sexualidad nos dio una herramienta potente. En la medida en que nos visualizamos como seres sexuales, con deseos y deseables, esa mirada infantilizadora se hace más difícil", asegura.

 

Visibilizar esta dimensión sexual evidencia "la mirada condescendiente y paternalista" sobre la discapacidad. "Mientras te comportas como el minusválido agradecido e intentas no molestar mucho y encajar en el sistema, aunque vivas de mala manera, eres tolerado. Pero cuando le dices que no quieres encajar, sino que se transforme para que también las personas que no producimos podamos vivir plenamente, también desde lo sensible y el placer, pues eso incomoda mucho".

El debate atañe en el fondo a la actitud social ante los que no encajan en la norma. "¿Qué hacemos con las diferencias? ¿Intentamos ajustarlas a un patrón de normalidad o transformamos todo el entorno social para que puedan vivir, igual que ese estrecho patrón de la normalidad? Lo segundo es mucho más efectivo, porque no es solo acceder a unos derechos, que ya es importante, sino que además los entornos sociales resultan mejores para el conjunto de la población". La mejora del transporte para hacerlo más accesible redundó en un sistema más confortable y seguro para todos. "Lo mismo sucede con la arquitectura, el urbanismo, la educación", y por supuesto, la sexualidad.

"No estamos ahí para decir que podemos encajar en un modelo sexual que no interesa, que hace muy infeliz a mucha gente. Estamos para intentar transformarlo. Si más cuerpos son posibles; más maneras de sentir, moverse y estar, la sexualidad será más interesante para el conjunto". Centeno insiste en que "la única manera es transformar la sociedad, no buscar un huequecito en el que te toleren. Pensar la diferencia no como un problema que hay que acomodar, sino como un modelo de transformación social". Por ese camino va "Vivir y otras ficciones", película protagonizada por él y programada este jueves a las 20:15 horas en la Diputación Provincial.

La parisina Lila Derrit comparte su experiencia como bailarina y coreógrafa que se mueve en silla de ruedas. Esta circunstancia aporta a sus espectáculos características diferentes, pero ante todo apuesta por la calidad y el respeto al arte. "El hecho de que use una silla de ruedas hace que mi cuerpo sea especial. Empleo esta singularidad para inventar una manera de moverme y de bailar única, algo nuevo en el mundo del baile", explica.

En su última creación, Una boca, actúa sola, aunque a veces trabaja con otros coreógrafos para crear algo juntos. Además de su valor artístico, el baile le sirve también para "mostrar otra imagen del cuerpo, otra imagen de lo que es una mujer, que puede ser sensual, tener una relación sexual y dar otra imagen de la belleza. Intento mostrar otro tipo de cuerpo", señala.

Fuente: Diario del Altoaragón 24/05/2018