Actuación de Canela Fina29/05/2018

Ya en la antigua Grecia, los filósofos Platón y Aristóteles aludían en sus escritos al poder curativo de la música, especialmente para los estados emocionales. Hoy la musicoterapia se aplica prácticamente para todo, y en la salud concretamente para ayudar a personas con alzhéimer, párkinson, cáncer terminal o fibromialgia

El poder de la música y sus múltiples aplicaciones terapéuticas ha sido uno de los protagonistas de “Diversario”, el primer congreso y festival internacional de creatividad y discapacidad celebrado este mes de mayo en Huesca.

EFEsalud ha estado presente en esta iniciativa inédita en España, que ha incluído exposiciones de obras pintadas por personas con autismo y actuaciones de circo y danza.
En este marco, el psicoterapeuta y miembro fundador del Comité Europeo de Musicoterapia, Patxi del Campo, y también de AgrupArte, nos ha explicado como la música es capaz de conectar con lo más profundo de las emociones de las personas y de ahí su gran valor rehabilitador.

Para este experto, la música acompaña al ser humano siempre. Desde que nace hasta que muere. “La música cultiva nuestras emociones en todas las etapas de la vida”.

Por eso la musicoterapia permite eliminar aislamientos y establecer una relación que mejora la salud y el bienestar. Así, el trabajo con música que se lleva a cabo con personas que padecen fibromialgia logra de éstas que afloren sus sentimientos más ocultos y “gracias a poder nombrarlos (los sentimientos) su estado empieza a mejorar”.

Ha recordado Del Campo que en un estudio que llevó a cabo la doctora Esperanza Torres se encontró al aplicar la musicoterapia que muchas pacientes con fibromialgia “habían sido maltratadas o abusadas “. La música lo que hace es “abrir, abrir y abrir y favorece que lo más profundo salga al exterior”.

Cuando trabajamos con personas con alzhéimer o enfermedades neurodegenerativas, la música logra que recuperen recuerdos del pasado, de su familia, y de alguna manera lo que conseguimos es dignificar más a esa persona”.
La musicoterapia se aplica también a las personas que están en estado terminal con el fin de proporcionarles bienestar, y es también un clásico en las terapias para las personas con discapacidad.

Precisamente la necesidad de comunicarse a través de la música de las personas con discapacidad llevó al fabricante francés de órganos Michael Fourcade a “perseguir el sueño”, y lograrlo, de fabricar un original instrumento de música que denomina el Órgano Sensorial.

Música y felicidad
Fourcade ha explicado que el instrumento permite adaptarse a las capacidades gestuales de las personas con discapacidad y con una flexión del dedo, un apoyo de la barbilla, una rotación del pie o un soplo son capaces de tocar una sinfonía de órgano y “sentirse felices”.

Diversario ha acercado también a los asistentes un caso clínico de musicoterapia con un adolescente de 12 años recién diagnosticado de Síndrome de Williams. En este caso el objetivo era aumentar su nivel de bienestar y mejorar su calidad de vida, favoreciendo la disminución de ansiedad y miedos.

Mis manos, tus manos
En Diversario también ha sido protagonista el cine. La proyección de “Vidas y otras ficciones”, la película del matemático Antonio Centeno, impulsor de la plataforma “Mis manos, tus manos” , con la que reivindica la figura del asistente sexual, ha agitado el evento. Centeno ha denunciado que se supedite el ejercicio pleno de la ciudadanía a las capacidades que cada uno pueda demostrar. “Son los proyectos sociales los que excluyen”. Ya que la mirada actual a la diversidad funcional “se basa en creer que hay gente normal y otros que no los somos y parece justificado que tengamos dificultades”. “Está todo orientado a sobrevivir y lo que necesitamos es vivir”. Y en esa invitación para desmontar las ideas que sustentan la idea de la discapacidad como un problema, Centeno ha rechazado el concepto del “cowboy solitario, del que no necesita nada de los demás” y la percepción de que viene provocada por cuerpos defectuosos.

Danza y vida
También ha emocionado el testimonio de Josan Rodríguez con el relato de su experiencia personal tras ser víctima de un atropello por un conductor que iba ebrio y drogado a la salida de la discoteca Manhattan de Huesca. A consecuencia de ese accidente, que sucedió hace 11 años, Josán quedó ciego y en silla de ruedas. “Pasé cerca de 90 días en la UCI del Hospital Miguel Servet y me desperté sin parte de las piernas, sin ver, y escuchando la música de Héroes del Silencio, en concierto en ese momento en el cercano estadio de La Romareda”. Josan ha protagonizado, también en Diversario, un aplaudido número de danza junto a Carmen Nogués, con quien forma el dúo Canela Fina.

Alianza de fragilidades
Durante sus cinco días de duración, el evento ha reunido diferentes propuestas culturales: dos ciclos de cine; tres exposiciones; actuaciones de danza, circo y teatro; un concierto de versiones del Coro Arcadia; otro concierto a cargo de Sonería, que implicó a más de 300 personas; y la actuación de El Langui, que presentó su último disco “Hola”.

Además de cuatro conferencias magistrales; dos mesas redondas; once talleres; quince comunicaciones; seis videopresentaciones y tres muestras de pequeño formato.

Su director, Orencio Boix ha destacado el papel del arte como una herramienta idónea para “repensar la diversidad funcional” .

Diversario fue organizado por CADIS Huesca, una plataforma de asociaciones que trabajan con discapacidad, con el apoyo, entre otros, de la obra social de La Caixa, el ayuntamiento de Huesca y el Gobierno de Aragón.

Fuente: www.efesalud.com 29/05/2018